Me dijeron que no podía y pude.
Me dijeron que no valía y me valoré.
Me dijeron que era inútil y no lo creí.
Me ignoraron para que me humillara y
solté el apego. Entendí que lo que no puede ser, nunca lo fue ni será. Fue difícil, pero lo acepté.
Me dijeron que estarían a mi lado hasta que no hubo nadie.
Que los sueños no se cumplían y menos los míos y aún lucho por ellos y los veré reales, eso lo sé.
Me pisaron a la ida, a la vuelta sin pedir permiso, ni me pedí perdón ante el abismo a sabiendas que no era mi culpa, yo tan responsable, cuando ni culpa mía era, sólo actos de los demás errantes.
Pero abrí los ojos y a partir de hoy nada volverá a ser lo mismo, aunque ya hace tiempo que no lo es, ni soy la que fue hace un instante.
Texto: Vivir la vida de Patricia Girol.